sábado, 19 de marzo de 2011

Los últimos en enterarse

Ayer hablábamos de Asenjo y hoy, indirectamente, tenemos que volver a hacerlo. Sobre todo, porque anoche tuvo lugar un cabildo de oficiales relacionado con la que, sin duda ha sido su medida más importante y acertada en Sevilla: la de incorporar nazarenas a los cortejos de las últimas hermandades que no lo permitían hasta ahora (recuérdalo aquí). Y es que, seguro que el arzobispo no tenía en cuenta la posibilidad de que alguna corporación se pusiese en pie de guerra ante este baculazo e, incluso, vendiera bien cara su adhesión a la misma.

Máxime, cuando las tres de la capital hispalense (Silencio, Quinta Angustia y Santo Entierro) la aceptaron sin ningún tipo de problema. Pero no ha pasado así en Dos Hermanas, donde la corporación del Santo Entierro llegó a convocar a sus hermanos para cuestionarles sobre este hecho e, incluso, la posibilidad de emprender las acciones pertinentes para quejarse por esta nueva norma. En este sentido, el principal argumento que esgrime la cofradía nazarena es que ella no ha tenido ni voz ni voto en esta situación, sino que ha venido impuesta desde arriba, por lo que, cuanto menos, debe haber derecho a la pataleta.

En cualquier caso, la sangre no llegó al río, puesto que, al final, la razón asistió a la hermandad, que hizo gala de ese expresión tan manida de "las cofradías son iglesia" para, aún a regañadientes, hacer lo dictado desde Palacio. Así, no sin polémica, la corporación entra de lleno en un siglo XXI al que, con la mera organización de este cabildo, había dado la espalda mientras pudo o se encabezonó en hacerlo. Al menos, han hecho como los sabios, rectificar, aunque amenazando con la posibilidad de seguir avanzando en sus reclamaciones, algo que, ojalá, no pasen de ser simples palabras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario