jueves, 5 de mayo de 2011

Agravio comparativo

Sí, lo reconozco, soy un egoista. Y lo peor de todo: confiaba en que la meteorología fuese tan agarrada con la Feria como lo fue con la Semana Santa, pero no será así. De hecho, las previsiones apuntan que la semana de farolillos, al contrario de lo que pasó con aquella en la que las túnicas y los capirotes debieron campar a sus anchas por Sevilla, se va a librar del agua, puesto que prácticamente no se esperan lluvias hasta que un castillo de fuegos artificiales ponga fin a la segunda de las fiestas de primavera de la ciudad. De hecho, tan sólo corre cierto riesgo el sábado, aunque no se descarta que el frente pase sin descargar por la capital hispalense.

Se trata de un hecho prácticamente histórico, porque casi no se recuerda la última vez en la que los trajes de volantes pudieron lucirse sobre el albero sin la aparición del líquido elemento ni un sólo día. Pero también un agravio comparativo con lo sucedido durante los días grandes de este 2011, que quedaron prácticamente inéditos porque el mapa pareció dar completamente la vuelta y en vez de estar en la capital de Andalucía todo se asemejaba más a La Coruña. Cierto es que en 2009 fue al revés, pero cuando duele es ahora. Y es que el cielo este año no tiene piedad con los capillitas.

Así, mientras esperamos en esta semana que para aquellos que no vemos nuestro sitio entre casetas, sevillanas y palmas se mueve en tierra de nadie, el despertar de las Glorias y las Cruces de Mayo, los recuerdos vuelven a remover nuestra mente, viendo las diferencias, claras y sangrantes, entre una Semana Santa que fue prácticamente para olvidar, y otra fiesta sin la que muchos podríamos vivir perfectamente. En cualquier caso, enhorabuena para aquellos que sepan cambiar el chip de un ambiente a otro en tan corto espacio de tiempo. Para el resto, ya queda menos para el Domingo de Ramos de 2012; apenas 332 días.

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