domingo, 1 de mayo de 2011

Detalles Semana Santa 2011 (y VI): 'Horror vacui'

Según la definición latina, se entiende por 'horror vacui' la sensación del pánico al vacío, a la nada. En términos artísticos, dio como producto estilos como el barroco, que hacen de los espacios recargados su muestra de identidad, sin dejar prácticamente un milímetro sin decorar. Pero a partir de este año, existe una nueva acepción para esta expresión, la del terror que provoca en Sevilla la simple posibilidad de que pudiese repetirse la situación de este año, en la que nos quedamos sin la friolera de cuatro jornadas completas de la Semana Santa y con otras dos (Lunes Santo y Sábado Santo) en las que faltaron hermandades.

Y es que hasta ahora sí que habíamos vivido momentos en los que la lluvia nos había obligado a quedarnos en casa, incluso contando con bajas capiroteras en los días que en este 2011 se han marchado de vacío. No en vano, ya en 2007 experimentamos situaciones parecidas, con un Martes Santo en el que el agua fue la protagonista, haciendo que sólo salieran San Esteban, La Candelaria, La Bofetá y Santa Cruz, que tuvieron que volver a casa a paso de mudá por un fuerte chaparrón. Ese mismo año, el Jueves Santo se quedó con sólo El Valle y La Quinta Angustia, aunque hubo una Madrugá completa que desembocó en un nuevo Viernes Santo marcado de nuevo por la maldición del líquido elemento y que obligó al Cachorro a regresar sin llegar a la Catedral, adonde sí llegaron La Carretería, San Isidoro, Montserrat y La Mortaja. Mientras, el Sábado Santo se cerró sólo con Los Servitas y La Soledad en la calle.

Sin embargo, ni siquiera ese precedente, que ya fue duro, se puede comparar a lo de este año, en el que de 33 hermandades sólo tres, La Bofetá, El Sol y La Trinidad, salieron. De hecho, entonces, llegaron a sacar su cruz de guia 19 (y además hay que tener en cuenta que eran en total una menos, porque aún no había debutado en la nómina oficial la del Plantinar), por lo que cualquier comparación resulta especialmente dolorosa. Máxime porque en aquel momento sólo coincidieron las peores versiones del Jueves Santo y el Sábado Santo (hasta este año, claro está), mientras que la del Martes Santo databa de 2003 (sólo La Bofetá) y las de La Madrugá y Viernes Santo de 2004 (únicamente Triana y Montserrat).

Con todo ello, y de un plumazo, lo peor que podía pasar, pasó. Primero con un Martes Santo en blanco que pudimos sobrellevar con la esperanza de que aún quedaba tiempo para resarcirse. Después, con una 'Triada Sacra' que hizo estallar del todo nuestras esperanzas con continuos cabildos y miradas al cielo que traían siempre un 'no' por respuesta y un Sábado Santo en el que dos hermandades desafiaron al cielo y salieron perdiendo. Así, ¿hacia dónde apuntaban los pasos de toda Sevilla en una tarde en las mantillas fueron sustituidas por los paraguas? ¿de verdad que no es pecado dormir durante una Madrugá? ¿queda ilusión por los días grandes cuando la tarde de la nostalgia viene sin recuerdos frescos y entre nubarrones? ¿se puede echar de menos algo que nunca pareció dar la sensación de haber comenzado?

De este modo, no es de extrañar que muchos digan que en este 2011 no ha habido Semana Santa, aunque el calendario diga lo contrario y hayamos tenido Vísperas, Domingo de Ramos, Lunes Santo, Miércoles Santo e, incluso, Domingo de Resurrección. Pero nada ha sido como esperábamos. El sueño se convirtió en pesadilla y nos ha descubierto una fobia que ni siquiera sabíamos que existía: la de la posibilidad de ver a esta ciudad sin sus cofradías. Por ello, el deseo unánime para el año que viene está más que claro: que esto no se repita. Porque sin capirotes y con lluvia, aunque sea primavera, Sevilla no es Sevilla. 

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