domingo, 8 de mayo de 2011

El final de otra espera

Hoy, la semana de farolillos toca a su fin. En apenas unas horas, la efímera ciudad de la alegría que cada año se erige en Los Remedios echará el cierre hasta el año que viene, justo en un domingo en el que gran parte de Sevilla, esa cuyo pecho redobla a ritmo de ordinario, comenzará a ver como entra en su recta final otra espera que ha vivido con mucha más ansia que de costumbre por la deslucida Semana Santa que hemos tenido. Y es que, en cuestión de días, la capital hispalense volverá a llenarse de pasos cada fin de semana.

Porque mayo ha llegado casi sin darnos cuenta, aunque disfrazándose de abril durante sus primeros días, haciendo que las calles tarden algo más de lo habitual en retomar su pulso cofrade. Pero ese vacío de procesiones está agonizando, porque las Glorias ya están a la vuelta de la esquina, como también las Cruces de Mayo y las primeras 'Ilegales', que a buen seguro este año serán menos criticadas que nunca por los puristas porque, después de tantísima agua, este año nos hemos quedado, y de qué manera, con mono de Semana Santa.

Sin duda, esta vez el parón entre los días grandes y el comienzo de las salidas del mes de las flores ha sido más acusado que nunca, puesto que parece que la espera más larga de la historia, esa que comenzamos tras el Domingo de Resurrección de 2010, nos ha cogido cariño y ha decidido quedarse entre nosotros otro año más. Por eso, estamos locos por volver a oler a incienso, por vivir una bulla y quedarnos embelesados viendo una canastilla, disfrutando de tanto arte bajo las trabajaderas como el que se pasea justo arriba. Y es que dicen que "la vida es una semana", pero esta vez queremos rebatir esa máxima a deshora aunque en plena primavera. Porque nos sobran las ganas y por fin termina otra espera.

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