sábado, 16 de julio de 2011

Carmen

Si hay un nombre español de mujer por antonomasia, ese, sin duda, es el de Carmen. No en vano, prácticamente no existe nadie a quien su simple alusión no le recuerde a alguien, muchas veces a sus abuelas, madres, hermanas o novias. Pero cuando la segunda quincena de julio asoma la cabeza por el calendario y se celebra su festividad, adquiere rango de capitana marinera, convirtiéndose en sinónimo de la Madre de Dios y paseándose por las calles de cualquier ciudad, ya sea entre las aguas o mareas de fieles que no quieren dejar pasar la oportunidad de disfrutar de su visión.

Eso ocurre aquí en Sevilla, donde todavía con la resaca fluvial de la procesión del Carmen de Calatrava, hoy tendremos otras tres como mandan los cánones, sobre el asfalto, con las que honrar como se merece a la Reina del Carmelo. Una de ellas vendrá con tintes históricos, ya que por Su Eminencia saldrá por primera vez la Virgen del Carmen, a la que la banda a la que da nombre acompañará con sus sones musicales. De igual modo, la tradición se dará cita en San Gil, aunque no pendiente de una Macarena que sigue esperando a la Madrugá, sino de una Virgen que teñirá de marrón y blanco las calles del viejo arrabal.

Y en San Román, el palio que se viste de Glorias, el mismo que lleva en su DNI que es de Santa Catalina cumplirá una vez más con su obligado exilio, trayendo consigo aires de primavera en una tarde de pleno verano. De este modo, entre bullas y pasos, incienso y marchas, Sevilla rendirá pleitesía a la Reina de los Mares, a esa cuyo nombre está tan arraigado en nuestro imaginario que con tan sólo nombrarlo la memoria comienza a trabajar a destajo. Porque hoy el mundo de las cofradías responde con una sonrisa si alguien le dice Carmen.

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