lunes, 18 de julio de 2011

Por tierra y agua

Cerramos el fin de semana de la Virgen del Carmen como mandan los cánones, con el agua como testigo. Pese a ser lunes, Sevilla vive todavía inmersa en el fin de semana. Pero no en uno cualquiera, sino en el de la Virgen del Carmen, que hoy tendrá su epílogo en la orilla más marinera de la ciudad: Triana. Allí, la Virgen de la capillita del puente, esa que recibe a todo aquel que cruza la frontera entre el centro y el viejo arrabal, proclamará a los cuatro vientos su condición de Reina de los Mares, paseándose primero por las aguas de un Guadalquivir que ya comienza a ver de reojo la Velá de Santa Ana y, después, por las calles de una Cava que volverá a rendirse a sus plantas.

Para ello, cambiará por unas horas su recoleta capilla por la parroquia de la calle Castilla, la de La O, desde donde será trasladada al paseo del mismo nombre para iniciar su primer paseo de la jornada, en el que de nuevo el río, como ya hizo el viernes con el Carmen de Calatrava, volverá a rezumar ambiente de cofradías y a ser la arteria hispalense más larga. Más tarde, y tras haber regresado junto a los titulares de la corporación del Viernes Santo, subirá a su paso y saldrá a reencontrarse con su barrio, que volverá a arremolinarse en torno suyo como siempre, como cada año.

Y así, como si fuese domingo, nos despediremos en Triana de un fin de semana intenso, en el que no nos ha faltado de nada y que, incluso, nos traerá una nueva propina el domingo con una nueva salida del Carmen de Calatrava. Porque puede que a Sevilla le falte mar, pero le sobran devoción y ganas de honrar a la advocación mariana más marinera, esa que hoy de nuevo en el río demostrará que tiene nombre de mujer y rango de capitana.

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