domingo, 10 de julio de 2011

Frikismo y bandas

Normalmente, sólo la gente que ve algo desde fuera puede llegar a valorarlo con total objetividad. Y esta máxima es aplicable absolutamente a todo, incluso a campos de nuestra Semana Santa que, quizás por tenerlos siempre a nuestro lado, hemos llegado a dejar de verlos en su justa medida. Es lo que ocurre, por ejemplo, con el mundo de la música cofrade, donde parecen haberse trasladado filias y fobias más propias de las hinchadas futbolísticas que del ámbito artístico, creando un microcosmos que para los no iniciados resulta tremendamente complicado de entender.

Máxime cuando hay que partir de la base de que todas y cada una de las bandas fueron concebidas con el objetivo de servir como acompañamiento a los pasos, aunque, sobre todo en los últimos tiempos, la 'tortilla' ha dado la vuelta por completo. Tanto es así que muchas veces las elecciones de ver a tal o cual cofradía van en función de quien suena detrás, llegando incluso a formarse rivalidades bastante claras. Quien no sabe, por ejemplo, de la que existe entre Virgen de los Reyes y Los Gitanos desde hace años, cimentada por los continuos cambios tras el Señor de la Salud. O por ejemplo, la que mantuvieron el Sol y Corona de Espinas durante los primeros años del siglo XXI por idéntico motivo aunque en más de una hermandad.

De igual modo, la competencia es cierto que ha mejorado el panorama musical de los días grandes, pero también ha acabado con el concepto clásico de bandas de hermandad, entendiendo por tales aquellas que se creaban para que sus componentes tocasen a los titulares de su corporación. Con contratos de por medio y la división por parte del público de formaciones de Primera, Segunda, Tercera y hasta Regional Preferente, son muchos lo que renuncian a estar con su Cristo o Virgen para progresar en un mundillo en el que, más allá de la relativa fama que se pueda tener en la ciudad, nadie llega a vivir de esto.

Y eso pese a que haya quien idolatre no sólo a bandas sino a componentes, dedicándole montajes, videos y demás en Youtube. Así, se ha pasado del protagonismo de los autores de las marchas o los directores de las formaciones, al de solistas o jefes de batería. Es más, no faltan 'paparazzis' que asistan a todos y cada uno de los ensayos para estar al tanto de cuáles son las nuevas marchas que se montan y escucharlas antes que nadie. Si generalmente estas se cambian casi por completo antes de su estreno oficial, ¿qué prisa hay?

Con todo, una actividad que cumple una importantísima e innegable labor social, sobre todo a edades tempranas, se está viendo sacudida y contaminada por la cosmovisión que nos regala la televisión, creando un 'star sistem' tan sobrevalorado como efímero, pero en el que muchos han perdido el norte. Normal que haya quien desde fuera no dude en afirmar que alrededor de las bandas lo que sobran son frikis. Lo cierto es que, a tenor de lo expuesto, la razón les asiste para decirlo, quizás porque, como en todo, el problema no es el rumbo que han tomado los acontecimientos, sino que el sentido de la medida brilla por su ausencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario