Esto no para

Casi no han desaparecido las carretas de las hermandades del Rocío por el Aljarafe y ya pensamos en el Corpus. Lo hacíamos ya desde hace unas semanas, cuando comenzaron a levantarse en la plaza de San Francisco las portadas por las que debe pasar la procesión del Santísimo y que, en esta ocasión, traerán los aires trianeros de la fachada de la capilla de La Estrella, por su 450 aniversario. Pero, desde hace unos días, la cercanía del "tercer jueves del año que reluce más que el sol" se hace más que patente, puesto que ya conocemos su cartel anunciador.

Se trata de una fotografía perteneciente al archivo de Serrano y tomada en los años 20. En ella, se ve a la Custodia de Arfe a su paso por el Palacio Arzobispal entre una gran multitud. Además, se perciben varios detalles curiosos, como la devoción del público, que se despoja de sus sombreros en señal de respeto ante la cercanía del paso; los efectos del calor en las velas de éste, que aparecen torcidas; cómo las tropas escoltaban al Santísimo, con sus bayonetas en alto tras Él, y el modo en el que se engalanaban con colgaduras los balcones de la sede de la Archidiócesis.

Con todo, el cartel, editado por el Ayuntamiento, hace una particular revisión a una tradición tan arraigada en Sevilla como la del Corpus, que si bien ha podido diferir en cuanto a las formas que rodean a su celebración y procesión, continúa, en esencia, intacta, constituyendo uno de los días más grandes de la ciudad. Será dentro de un par de semanas cuando, tras una tarde de traslados y montajes de altares, la capital hispalense viva una mañana en la que la gloria paseará por sus calles, empezando desde bien temprano y finalizando cuando el Sol caiga en la ojiva de San Julián con el retorno de La Hiniesta gloriosa. Antes, al mediodía, las calles habrán disfrutado de la vuelta a casa del Señor de la Cena y, sobre todo, de esa procesión singular y kilométrica que termina de salir cuando empieza a entrar. Para eso, aún quedan 14 días, pero Sevilla empieza a prepararse ya.