Arrancan las Glorias

Ayer, la Virgen del Carmen de San Gil nos ponía sobre aviso. Hoy, ha llegado el momento. Porque a partir de las 21.00 horas, Víctor García Rayo, con su pregón, será el encargado de abrir oficialmente las Glorias de Sevilla en este 2010. Lo hará a su forma, derrochando sentimiento, devoción y buena prosa en un atril del que ya le habrá hablado, y mucho, su compañero de programa, José Antonio Rodríguez, que en 2007 tuvo el honor de anunciar a la ciudad la llegada del tiempo de la Virgen, ése periodo en el que, domingo tras domingo, no faltarán por las calles procesiones que tengan como protagonista a la Madre de Dios.

Curiosamente, cuando el pregonero se disponga a comenzar a pronunciar su texto, parte de la Sevilla cofrade habrá disfrutado o lo estará haciendo de un nuevo anticipo de las Glorias, el que desde las 18.00 horas estará realizando por las calles de su feligresía San José Obrero, cuya corporación celebrará sus primeros 50 años de vida visitando a una de las advocaciones marianas de mayor arraigo en la ciudad, a María Auxiliadora de los Salesianos de la Trinidad. Será, sin duda, una magnífica metáfora de una jornada en la que la ciudad caminará hasta encontrarse cara a cara con la Virgen, sobre todo cuando el reloj marque las últimas horas de este día en el que estrenamos el mes de mayo.

Algo parecido sucederá en La Romería, donde la Virgen del Amor paseará por las calles del barrio el nombre de María en su perfil más doloroso, el de esa Madre que aún continúa llorando la ausencia de un Hijo que ya sabemos resucitado. A pesar de ello, las últimas horas de su salida procesional coincidirán con las primeras de las Glorias, ésas que darán su pistoletazo de salida en la Catedral delante de la Virgen del Carmen de San Gil mientras que en el extrarradio otra camina rá a cielo abierto. Y es que así es Sevilla, la que muchos denominan como la 'Tierra de María Santísima',  una afirmación que con ejemplos como éste se ve más que claro. Porque cuando la luna se asome por encima de la Giralda, no habrá Glorias, como tal, procesionando por las calles, pero las Glorias ya habrán venido.